El gran cantautor cubano de todos los tiempos Silvio Rodríguez, nos ha llevado de la mano desde hace mucho tiempo. Hemos crecido con su música, nos hemos enamorado, y nos hemos sentido libres.
Sin duda, las canciones de Silvio tienen un significado bien pensado, que envuelto en poesía nos hace detenernos a pensar en la belleza de la vida y en la importancia de las pequeñas cosas; esas cosas que dejan huellas imborrables en nuestros corazones y que nos invitan a seguir soñando, a seguir viviendo en felicidad, incluso entre lo amargo de algunas situaciones.
Hoy analizaremos cuatro lecciones de vida de las canciones de Silvio Rodríguez, como un homenaje a su trabajo y como una importante tarea diaria para alegrarnos.
Nos recuerda la necesidad que tenemos de creer en algo
La vida en sí misma no sería nada si no perseguimos nuestros sueños y nuestros anhelos, si no creemos en que algo es posible y corremos tras de ello para alcanzarlo. Frases como “Te convido a creerme cuando digo futuro, si no crees en mis ojos, cree en la angustia de un grito, cree en la tierra, cree en la lluvia, cree en la savia.” o “Volaré, tengo que domar el fuego para cabalgar seguro en la bestia de futuro que me lleve a donde quiero.” Son una invitación a que avancemos en el camino de la vida, al mismo tiempo que disfrutamos de lo sublime como el amor o la ilusión de lo que queremos en nuestro futuro próximo.
A luchar por nuestros derechos
Su grito de libertad y de oposición a las políticas es sin duda uno de los temas más marcados, en donde las frases, “Qué fácil es protestar por la bomba que cayó a mil kilómetros del ropero y del refrigerador” o “Será que la necedad parió conmigo, la necedad de lo que hoy resulta necio: la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio.” No hacen más que remarcar la importancia de nuestra libertad en la vida y de la necesidad imperiosa de ponernos siempre en los zapatos del otro.
Creer en el amor y luchar por él
Aunque parece un tema desgastado, el romanticismo parece estar en decadencia, y las canciones de Silvio Rodríguez buscan desesperadamente rescatar esa belleza del cortejo, del romance y del amor per se, así como el deseo vivo de luchar por él. “Con un poco de amor fue tejida mi piel y el cincel de mis huesos fue un poco de amor. Con un poco de amor soy yo mismo, soy tú, soy aquel.” Y “Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias; se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar” Son bellas frases que están impregnadas en las letras de sus liricas.
A crecer en la adversidad
Toda situación difícil es una oportunidad para crecer como seres humanos, y eso no los deja muy claro cuando dice en su canción “Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida” o cuando canta “La angustia es el precio de ser uno mismo” tan sólo nos recuerda que todas las cosas pasan pero de ellas se aprende.